ANÁLISIS DEL BALANCE SOCIAL DE LAS COOPERATIVAS EN ECUADOR Y SU IMPACTO EN EL DESARROLLO SOSTENIBLE

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El presente articulo profundiza en el análisis del balance social de las cooperativas en Ecuador, delineando su evolución histórica y su impacto multifacético en el desarrollo sostenible. Se define el balance social como una herramienta estratégica para medir y reportar el desempeño de las cooperativas más allá de los indicadores financieros, en línea con sus principios fundacionales. A lo largo de las décadas, el marco normativo, liderado por la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS), ha formalizado su aplicación, culminando en la Norma de Balance Social de 2022. La implementación de esta herramienta ofrece beneficios tangibles como la mejora de la reputación, el fomento de la inclusión financiera y social, y la alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, persisten desafíos relacionados con la asignación de recursos, la calidad de los datos y la gestión de la tensión entre objetivos financieros y sociales. Se concluye que el balance social es fundamental para la identidad y sostenibilidad del sector cooperativo ecuatoriano, requiriendo un compromiso continuo de todos los actores para maximizar su potencial de desarrollo.

 

La evolución del balance social en Ecuador, desde una práctica voluntaria hacia un requisito regulado, refleja una comprensión más profunda de la responsabilidad cooperativa. Esta transición no es meramente un cambio administrativo, sino una transformación fundamental que eleva la responsabilidad social de una consideración ética a un imperativo sistémico, crucial para la estabilidad financiera y la legitimidad social. Esta formalización indica que el Estado ecuatoriano reconoce la importancia intrínseca del aspecto social de las cooperativas para el bienestar colectivo.

 

  1. Introducción: El Rol del Balance Social en el Cooperativismo Ecuatoriano

 

El sector cooperativo en Ecuador, parte integral de la Economía Popular y Solidaria (EPS), juega un papel crucial en el desarrollo socioeconómico del país, especialmente en la provisión de servicios financieros a segmentos de la población tradicionalmente desatendidos. En este contexto, el Balance Social (BS) emerge como un instrumento esencial para evaluar y comunicar el impacto integral de estas organizaciones, trascendiendo la mera rentabilidad económica para abarcar su contribución al bienestar social y ambiental.

 

Las cooperativas de ahorro y crédito (COAC) son sociedades de personas naturales autorizadas para la intermediación financiera, buscando eficiencia económica, financiera, social y ambiental. Son controladas y gestionadas por sus propios miembros, lo que les permite adaptarse continuamente a los cambios en el entorno empresarial y social. La Alianza Cooperativa Internacional (ICA) subraya la magnitud de este sector a nivel global, indicando que el 12% de la población mundial es cooperativista y que estas empresas proporcionan empleo al 10% de la fuerza laboral global, lo que resalta su significativo impacto.

 

El Balance Social se ha consolidado como una herramienta estratégica fundamental para evaluar y potenciar el ejercicio de la responsabilidad social y corporativa. Su utilidad radica en la capacidad de informar la toma de decisiones y la formulación de políticas y estrategias sociales. Además, permite a las cooperativas llevar a cabo una autoevaluación rigurosa y, al mismo tiempo, rendir cuentas de manera transparente a todos sus grupos de interés. Este instrumento de gestión recopila resultados tanto cuantitativos como cualitativos del cumplimiento de la Responsabilidad Social Cooperativa, facilitando la evaluación del desempeño y el monitoreo de áreas de mejora conforme a los principios cooperativos.

 

La definición del balance social como un "instrumento estratégico" para "medir el impacto" y "evaluar sistemáticamente el cumplimiento de los principios cooperativos" revela su doble función. No es solo una herramienta de reporte, sino un componente central de la gestión estratégica y la identidad de las cooperativas ecuatorianas. Esta integración profunda de la responsabilidad social en su marco operativo indica que las cooperativas están reconociendo que su misión social no es independiente de su viabilidad financiera, sino que está intrínsecamente ligada a ella, contribuyendo a la sostenibilidad y legitimidad a largo plazo.

 

Además, el Balance Social busca una "triple utilidad": sostenibilidad económica, social y ambiental. Esta aproximación, que equilibra los aspectos económicos, sociales y ambientales, se alinea con los marcos más amplios del desarrollo sostenible global. Al adoptar esta perspectiva, las cooperativas ecuatorianas, a través del Balance Social, contribuyen de manera inherente a los objetivos de sostenibilidad a nivel nacional e internacional, demostrando un compromiso que va más allá de la mera conformidad local.

 

  1. Marco Conceptual del Balance Social Cooperativo

 

El Balance Social Cooperativo se fundamenta en la naturaleza intrínseca de las cooperativas como organizaciones centradas en las personas y en la comunidad, distinguiéndolas de otras formas empresariales.

 

2.1. Definición y Propósito del Balance Social

 

El "Balance de Desempeño Social Cooperativo" se define como un instrumento de medición del impacto de la entidad solidaria en la comunidad. Representa una ponderación que establece un equilibrio entre los beneficios sociales generados y el éxito en los negocios. Asimismo, es una herramienta estratégica que permite la evaluación sistemática del cumplimiento de los principios cooperativos. Se concibe como el estado que permite conocer de manera sistemática las acciones de responsabilidad social de la organización, midiéndolas cualitativa y cuantitativamente para identificar programas que favorezcan el desarrollo efectivo de la acción social y para informar a los agentes internos y externos sobre el desempeño social de la organización durante un período determinado.

 

El propósito fundamental del balance social es medir y auditar el cumplimiento de la responsabilidad social de la cooperativa. Es un instrumento estratégico para evaluar y potenciar el ejercicio de la responsabilidad social y corporativa, siendo útil para la toma de decisiones y la determinación de políticas y estrategias sociales. Su objetivo es medir los beneficios adicionales a los meramente económicos que las cooperativas transfieren a sus grupos de influencia, incluyendo a los socios, los empleados y la comunidad en su conjunto. En esencia, busca la "triple utilidad": sostenibilidad económica, social y ambiental.

 

Los "grupos de interés" o stakeholders son definidos como todos aquellos que se ven afectados directa o indirectamente por el desarrollo de la actividad organizacional y, por lo tanto, también tienen la capacidad de afectarla. El balance social es la forma que las empresas han definido para relacionarse con sus públicos de interés (internos y externos) de forma voluntaria.

 

2.2. Los Siete Principios Cooperativos Universales y su Relación con el Balance Social

 

El Balance Social Cooperativo toma como referencia los principios establecidos en los valores y objetivos sociales del cooperativismo. Estos principios son el núcleo de la identidad cooperativa y la base fundamental para la medición de su desempeño social. El balance social actúa como el puente operativo que conecta estos principios aspiracionales con su aplicación concreta y medible. Al traducir la filosofía cooperativa en métricas accionables, el balance social permite auditar y rendir cuentas sobre la misión social inherente de estas organizaciones. Esta evaluación sistemática asegura que el modelo cooperativo mantenga su distinción frente a otras formas empresariales, donde el impacto social podría ser secundario a la rentabilidad.

 

Los siete principios cooperativos universales, y su relación con el Balance Social, son:

 

  1. Adhesión Libre y Voluntaria:Las cooperativas son organizaciones voluntarias, abiertas a todas las personas dispuestas a utilizar sus servicios y a aceptar las responsabilidades de la membresía, sin discriminación de género, raza, clase social, posición política o religión. El balance social evalúa la inclusión de poblaciones vulnerables, como socios en áreas rurales (Crediamigo 2023 reportó un 26.21% de socios en zonas rurales, superando la meta del 15% ), personas con discapacidad (Crediamigo 2023 indicó que más del 50% de sus oficinas son accesibles ), y minorías étnicas (CoopMego 2024 mostró un incremento del 0.22% en socios de minorías étnicas ). También considera la inclusión de personas con ingresos menores o iguales al Salario Básico Unificado (SBU).

 

  1. Control Democrático por los Socios:Las cooperativas son organizaciones democráticas controladas por sus miembros, quienes participan activamente en la definición de políticas y en la toma de decisiones. En las cooperativas de base, los miembros tienen igual derecho de voto ("un miembro, un voto"). El balance social mide la participación de los socios en asambleas y órganos de gobierno, así como la representación de jóvenes y grupos priorizados (Crediamigo 2023 reportó un 33% de representantes de grupos priorizados en asambleas, superando la meta del 20% ).

 

  1. Participación Económica de los Socios:Los socios contribuyen de manera equitativa y controlan democráticamente el capital de la cooperativa. El balance social considera indicadores como el capital social por socio, el fondo irrepartible de reserva legal por socio, y el promedio de ahorros de los socios activos.

 

  1. Autonomía e Independencia:Las cooperativas son organizaciones autónomas, de autoayuda, controladas por sus miembros. Los asociados asumen la responsabilidad de su cooperativa para su creación y vitalidad continua, garantizando su independencia de otras organizaciones públicas y privadas. El balance social evalúa la capacidad de la cooperativa para crear y adaptar productos y servicios, así como la concentración de sus fuentes de fondeo.

 

  1. Educación, Capacitación e Información:Las cooperativas brindan educación y formación cooperativa, capacitación, asistencia técnica y comunicación a sus socios, vocales de los consejos, representante legal y empleados, con el fin de mejorar sus capacidades y el desarrollo de las entidades en sus zonas de influencia. El balance social mide el presupuesto destinado a capacitaciones sobre la EPS, el número de socios y empleados capacitados, y la satisfacción con las capacitaciones. Esto incluye formación en principios y valores, educación financiera, y capacitación específica en derechos humanos, anticorrupción y medio ambiente. La inclusión de temas como derechos humanos y medio ambiente en la capacitación revela un enfoque proactivo de las cooperativas ecuatorianas para fomentar un desarrollo integral de sus miembros y comunidades, trascendiendo la mera alfabetización financiera. Este enfoque reconoce que el desarrollo sostenible requiere una ciudadanía informada y éticamente consciente.

 

  1. Cooperación entre Cooperativas:Las cooperativas sirven a sus miembros de la manera más eficaz y fortalecen el movimiento cooperativo trabajando conjuntamente a través de estructuras locales, nacionales, regionales e internacionales. El balance social evalúa la promoción de acuerdos o convenios de cooperación e integración con otros participantes del sector de la economía popular y solidaria, y la priorización del consumo entre ellos.

 

  1. Preocupación por la Comunidad:Las cooperativas trabajan por el desarrollo sostenible de sus comunidades. La responsabilidad social es el compromiso que asume una institución para contribuir al desarrollo económico sostenible, mediante la colaboración con sus trabajadores, sus familias, la comunidad local y la sociedad, con el objetivo de mejorar la calidad de vida. El balance social considera iniciativas ambientales y la presencia de puntos de atención en zonas vulnerables.

 

La insistencia en los "grupos de interés" (stakeholders) en la definición del balance social representa una expansión de la perspectiva tradicional, que solía ser puramente centrada en los miembros. Al reconocer la responsabilidad de la cooperativa hacia sus empleados, sus familias y la comunidad en general, se amplía el ámbito de su rendición de cuentas social. Esta visión inclusiva es fundamental para un desarrollo sostenible genuino, ya que considera los impactos más allá de la membresía directa.

 

  1. Evolución Histórica y Marco Normativo en Ecuador

 

La formalización del balance social en Ecuador es el resultado de una evolución histórica del cooperativismo y un creciente reconocimiento de la importancia de la responsabilidad social.

 

3.1. Antecedentes del Cooperativismo y la Responsabilidad Social en Ecuador

 

La historia de la Economía Social y Solidaria (ESS) en Ecuador se remonta a prácticas ancestrales andinas como la "minga" (trabajo comunitario) y el "chukchir" (recolección solidaria), que encarnan principios de intercambio, reciprocidad y complementariedad. Estas prácticas demuestran una solidaridad inherente a la cultura ecuatoriana mucho antes de la formalización del cooperativismo moderno. El desarrollo del cooperativismo formal en el país fue influenciado por el socialismo utópico europeo, ejemplificado por el almacén cooperativo de consumo de Rochdale (1844), y los sistemas de ahorro y crédito alemanes fundados por Schultze y Raiffeisen.

 

A pesar de un crecimiento significativo en el número de cooperativas, pasando de cinco a 881 entre la promulgación de la primera Ley y 1963, la doctrina cooperativista no siempre logró un arraigo profundo. En muchos casos, se adaptó a un esquema más individualista, buscando aprovechar las facilidades jurídicas de la ley. Las dictaduras militares de los años setenta hicieron poco por impulsar el cooperativismo. Sin embargo, figuras como el Obispo Leónidas Proaño promovieron la creación de cajas comunales de ahorro y crédito, en parte como respuesta a la escasez de servicios financieros en las comunidades.

 

La crisis de la deuda externa en 1982 y las regulaciones subsiguientes (1983 y 1985) de la Junta Monetaria dieron inicio a una era de "supervisión dual" a partir de 1985. En este esquema, mientras 23 grandes cooperativas eran controladas por la Superintendencia de Bancos y Seguros, más de 300 cooperativas de ahorro y crédito activas, de tamaño mediano, estaban bajo el control de otros entes, lo que afectó su desarrollo y uniformidad. Paralelamente, el concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) comenzó a ganar tracción a fines de los años 30 y principios de los 40, evolucionando con principios como la legitimidad, la responsabilidad pública y la gestión, y la idea de que las empresas deben legitimar su operación ante toda la sociedad para perdurar en armonía.

La evolución del cooperativismo en Ecuador, desde prácticas ancestrales de solidaridad hasta las estructuras formales actuales y la obligatoriedad del balance social, revela una constante tensión entre los valores comunitarios y las presiones individualistas del mercado. La formalización del balance social por parte de la SEPS puede interpretarse como un esfuerzo institucional para reincorporar y regular estos valores sociales inherentes dentro de las estructuras financieras modernas, buscando asegurar que no se diluyan ante las dinámicas de mercado. Este proceso marca un punto crucial en la institucionalización de los valores sociales dentro del sistema financiero del país.

 

3.2. Hitos Clave en la Formalización y Aplicación del Balance Social, Incluyendo la Normativa de la SEPS

 

La Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS) ha desempeñado un papel fundamental en la promoción y regulación del Balance Social Cooperativo en Ecuador. Un hito esencial en este proceso fue la emisión de la Resolución No. JPRF-F-2022-048 por la Junta de Política y Regulación Financiera del Ecuador el 15 de diciembre de 2022. Esta norma establece los lineamientos y requisitos que las Cooperativas de Ahorro y Crédito (COACs) y las asociaciones mutualistas deben cumplir para medir y reportar su impacto social y comunitario, asegurando la alineación con los principios cooperativos y la legislación ecuatoriana.

 

La normativa se fundamenta en los antecedentes constitucionales y legales que reconocen la importancia de un sistema económico social y solidario, en el cual las instituciones financieras deben operar bajo principios de transparencia, estabilidad y responsabilidad social. Además, se establece que las actividades financieras, incluyendo las realizadas por las COACs, son de "orden público" y deben contribuir al desarrollo económico y social del Ecuador. Esta declaración eleva el balance social de una mera iniciativa de responsabilidad corporativa a una cuestión de política pública y desarrollo nacional, lo que significa que el Estado considera el desempeño social de las cooperativas como un factor crítico para el bienestar y la estabilidad de la sociedad en su conjunto.

 

La SEPS es la entidad responsable de la implementación y gestión del balance social, lo que implica la medición de aspectos financieros, el cumplimiento de objetivos sociales, el impacto ambiental y el desarrollo comunitario. Posteriormente, en junio de 2023, la SEPS emitió la "Norma de Balance Social" específica para COACs y asociaciones mutualistas, cuya estructura aborda antecedentes constitucionales, un marco teórico, la descripción de la norma, ejemplos de presentación de informes y la estructura organizativa para su gestión. En 2024, la SEPS también publicó un Manual Técnico del Formulario de Balance Social, proporcionando guías detalladas para su aplicación.

 

La transición del balance social de una práctica voluntaria a un requisito obligatorio y regulado, como lo establece la Resolución No. JPRF-F-2022-048 , marca un punto de inflexión significativo. Este cambio no es solo administrativo, sino que refleja un reconocimiento creciente por parte del gobierno ecuatoriano y los organismos reguladores (SEPS) de la importancia estratégica de la medición del impacto social para la estabilidad financiera y la confianza pública dentro del sector de la Economía Popular y Solidaria (EPS). Esta formalización busca asegurar la coherencia, comparabilidad y rendición de cuentas en todo el sector, pasando de esfuerzos individuales dispersos a un enfoque unificado y sistémico.

 

A pesar de estos avances regulatorios y la fuerte base histórica, el Balance Social Cooperativo es descrito como un tema "poco difundido" en Ecuador. Esta observación sugiere una brecha entre la intención normativa y la implementación práctica o el conocimiento generalizado. Si el concepto no es ampliamente comprendido o adoptado, incluso con una norma formal, se limita el potencial de su impacto. Esto subraya la necesidad de mayores esfuerzos de difusión, educación y desarrollo de capacidades dentro del sector cooperativo para asegurar que el marco regulatorio se traduzca en mejoras significativas y generalizadas en el desempeño social.

 

  1. Metodologías e Indicadores de Medición del Balance Social

 

La medición del balance social en Ecuador se apoya en metodologías internacionales adaptadas a la realidad local, utilizando un conjunto diverso de indicadores para capturar el impacto integral de las cooperativas.

 

4.1. Modelos y Estándares Aplicados en Ecuador

 

La metodología desarrollada por la Confederación Alemana de Cooperativas (DGRV) es ampliamente utilizada por cooperativas como CoopMego, y se basa en estándares internacionales que han sido adaptados a las realidades de distintos países y sectores. Esta metodología agrupa los indicadores en dos categorías principales: Principios Cooperativos y Dimensiones (Público Interno – Talento Humano y Gestión Institucional).

 

Además de la DGRV, existen otros modelos y enfoques. La Alianza Cooperativa Internacional (ACI) también ofrece metodologías para el Balance Social Cooperativo. Estudios de la Red Financiera Rural han aportado con enfoques en pobreza o auditoría social (GDS). La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un Manual de Balance Social en 2001, que sirve como una referencia importante en la materia. La propia SEPS ha desarrollado su Modelo de Balance Social, buscando alinearse con la norma ISO 26000 de Responsabilidad Social, aunque su aplicación plena en las cooperativas ecuatorianas aún es limitada.

 

La evaluación de resultados a menudo se realiza mediante un sistema de "semáforos" o niveles (Satisfactorio, Regular, Insuficiente) para cada indicador, lo que permite una visualización clara y rápida del desempeño. Por ejemplo, en 2022, el Balance Social de CoopMego mostró que el 68.49% de sus indicadores (50 indicadores) estaban en un nivel "Satisfactorio", el 17.81% (13 indicadores) en "Regular", y el 13.10% (8 indicadores) en "Insuficiente". En general, la cooperativa obtuvo una puntuación anual promedio del 83.03%, lo que corresponde a 4.15 en una escala de 1 a 5. Este sistema de evaluación no solo identifica áreas de mejora, sino que también facilita la comparación y la comunicación transparente del desempeño social a los grupos de interés, fomentando la confianza y la rendición de cuentas.

 

4.2. Principales Dimensiones e Indicadores Utilizados

 

Los indicadores del Balance Social se agrupan en torno a los siete Principios Cooperativos y en dimensiones como "Público Interno – Talento Humano" y "Gestión Institucional". Las cooperativas evalúan un amplio rango de indicadores; por ejemplo, CoopMego evalúa 153 indicadores para medir el cumplimiento de los siete principios cooperativos. Este nivel de detalle y la cantidad de indicadores demuestran un enfoque sofisticado y granular para medir el impacto social, trascendiendo la evidencia anecdótica hacia una evaluación basada en datos. Esta minuciosidad sugiere un compromiso con la rendición de cuentas rigurosa y la mejora continua del desempeño social.

 

A continuación, se presenta una tabla que resume algunos de los indicadores clave utilizados, con ejemplos de datos de informes de cooperativas ecuatorianas:

 

Tabla 1: Indicadores Clave del Balance Social Cooperativo en Ecuador por Principio y Dimensión

 

Principio Cooperativo/Dimensión

Indicador Clave

Descripción/Propósito

Métrica/Ejemplo de Dato

Fuente

Adhesión Libre y Voluntaria

Porcentaje de socios activos

Mide la vitalidad y participación de la base social.

Crediamigo 2023: 93.56% de socios activos (meta >50%). CoopMego 2024: 56.23% activos (+8.46% vs 2023).

 
 

Porcentaje de socias mujeres activas

Evalúa la equidad de género en la membresía.

Crediamigo 2023: 45.72% socias mujeres (meta >45%). CoopMego 2024: 30.68% activas (+4.28% vs 2023).

 
 

Porcentaje de socios que residen en áreas rurales

Mide la cobertura y alcance en zonas menos atendidas.

Crediamigo 2023: 26.21% socios en áreas rurales (meta >15%). CoopMego 2023: 33.5%.

 
 

Porcentaje de agencias con acceso para personas con discapacidad

Evalúa la infraestructura para la inclusión física.

Crediamigo 2023: >50% de oficinas accesibles. CoopMego 2023: aumentó 18% accesos.

 
 

Número de menores de edad con cuenta de ahorro

Promueve la educación financiera y el ahorro desde temprana edad.

Crediamigo 2023: 136 menores con cuenta (1.11%, meta >1%). CoopMego 2023: leve disminución, en alerta.

 

Control Democrático por los Socios

Presencia de jóvenes en órganos de gobierno

Fomenta la renovación y diversidad generacional en la gobernanza.

Crediamigo 2023: 12.5% de vocales <30 años (meta >25%).

 
 

Representantes de grupos priorizados en asambleas

Asegura la voz y participación de segmentos vulnerables.

Crediamigo 2023: 33% de representantes de grupos priorizados (meta 20%).

 

Participación Económica de los Socios

Porcentaje de saldo de cartera de crédito destinado a mujeres

Impulsa el empoderamiento económico femenino.

Crediamigo 2023: 39.01% del saldo total de cartera a mujeres (meta >35%). CoopMego 2023: leve disminución.

 
 

Monto promedio de microcrédito

Mide el apoyo a la microempresa y el desarrollo local.

Crediamigo 2023: promedio por debajo de USD 5.000 (meta). CoopMego 2023: incremento de USD 1.657.

 

Educación, Capacitación e Información

Presupuesto destinado a capacitaciones sobre EPS

Refleja el compromiso con la formación cooperativa.

29 de Octubre 2023: Gráfico 45, 46.

 
 

Socios, representantes y empleados capacitados

Mide el alcance de los programas de formación.

29 de Octubre 2023: Gráfico 49, 50, 51, 64.

 

Compromiso con la Comunidad

Cantidad de iniciativas que incentivan buenas prácticas ambientales

Evalúa la contribución a la sostenibilidad ecológica.

29 de Octubre 2023: Gráfico 79.

 
 

Porcentaje de puntos de atención en zonas vulnerables

Mide la cercanía y el acceso a servicios en comunidades desatendidas.

29 de Octubre 2023: Gráfico 78.

 

 

La diversidad de metodologías (DGRV, ACI, OIT, modelo SEPS) y la gran cantidad de indicadores utilizados, aunque exhaustivos, han presentado históricamente un desafío para la estandarización de métricas y la comparabilidad entre cooperativas. Esta fragmentación ha dificultado la realización de análisis comparativos robustos del impacto social en todo el sector cooperativo ecuatoriano. Los esfuerzos recientes de la SEPS para estandarizar los informes son cruciales para mejorar la transparencia, permitir una supervisión más efectiva y articular de manera más clara la contribución colectiva de las cooperativas a los objetivos de desarrollo nacional. Esta estandarización es un paso vital para elevar el balance social de un ejercicio de reporte interno a una herramienta poderosa para la rendición de cuentas y la promoción a nivel sectorial.

 

Además, el Balance Social funciona como una herramienta dinámica para la mejora continua y la adaptación estratégica. Los informes de cooperativas como CoopMego demuestran que los resultados del balance social no son meramente reportados, sino que son evaluados y categorizados (Satisfactorio, Regular, Insuficiente), lo que lleva a la formulación de "Recomendaciones" para los indicadores en estado de "ALERTA" o "NO CUMPLE". Por ejemplo, el informe de CoopMego de 2024 muestra mejoras en indicadores que estaban en estado de "No Cumple" en 2023, como el acceso para personas con discapacidad y los créditos con valores menores al SBU, gracias a la implementación de planes de acción específicos. Este proceso iterativo de medición, evaluación y ajuste estratégico es fundamental para la relevancia y el impacto a largo plazo de las cooperativas. Transforma el balance social de un ejercicio de cumplimiento en un instrumento vital para el aprendizaje organizacional y la gestión adaptativa.

 

Análisis de Indicadores Sociales, Económicos y Ambientales

 

El Balance Social evalúa indicadores tanto cuantitativos (valores numéricos o porcentajes) como cualitativos (determinación del cumplimiento basada en entregables). Esta categorización detallada de indicadores (sociales, económicos, ambientales) dentro de cada principio cooperativo demuestra una comprensión sofisticada de la responsabilidad social corporativa. Este enfoque holístico garantiza que las cooperativas no solo sean financieramente viables, sino que también contribuyan a un ecosistema social y ecológico equilibrado, encarnando el concepto de "triple resultado" (personas, planeta, beneficio).

 

A continuación, se presentan ejemplos de indicadores clave:

 

  • Indicadores Sociales:

 

  • Inclusión y No Discriminación:Se mide por la apertura de la entidad y la no discriminación, asegurando el acceso a productos y servicios para todos, especialmente grupos vulnerables y personas con discapacidad. La Cooperativa 29 de Octubre en 2024 reportó que el 35.29% de sus oficinas son accesibles. CoopMego en 2023 aumentó en un 18% los accesos para personas con discapacidad en sus agencias.

 

  • Equidad de Género:Promueve la participación igualitaria y equitativa de género en el acceso a productos/servicios y en los órganos de gobierno. CoopMego en 2023 reportó más del 50% de socias mujeres. La Cooperativa 29 de Octubre en 2024 mostró un 40.38% de socias mujeres, pero una notable representación femenina del 75% en sus consejos de administración y vigilancia.

 

  • Participación de los Miembros:Nivel de participación de los miembros en el capital social y asistencia a las asambleas. CoopMego en 2023 observó una disminución del 10% en la asistencia a las asambleas.

 

  • Educación y Capacitación:Programas de educación financiera y capacitación integral para socios, empleados y líderes. La Cooperativa 29 de Octubre en 2024 capacitó al 83.99% de sus colaboradores y a 3,410 personas en educación financiera.
  • Impacto Comunitario:Orientación de productos y servicios a zonas rurales y urbanas, apoyo al desarrollo local, programas comunitarios, prácticas de comercio justo y satisfacción del cliente/socio.

 

  • Indicadores Económicos:

 

  • Inclusión Financiera:Enfoque en productos y servicios para poblaciones rurales, menores de edad y grupos vulnerables para mejorar su situación socioeconómica. La Cooperativa 29 de Octubre en 2024 reportó que el 13% de sus socios rurales utilizan canales digitales. CoopMego en 2023 mostró ligeros incrementos en el crédito a socios rurales y microcréditos.

 

  • Capital y Reservas:Contribuciones de los miembros al capital social y asignación equitativa de excedentes. La Cooperativa 29 de Octubre en 2024 indicó que el 27.62% de su financiación proviene de los miembros.

 

  • Intercooperación:Inversiones en otras entidades del Sector Financiero Popular y Solidario (SFPS) y participación en organismos de integración para fortalecer el sector y generar economías de escala. La Cooperativa 29 de Octubre en 2024 reportó que el 60.87% de sus inversiones totales se destinan a entidades del SFPS.

 

  • Indicadores Ambientales:

 

  • Prácticas Ambientales:Establecimiento de productos y servicios enfocados en proyectos ecológicos (finanzas verdes), fomento de la participación comunitaria en proyectos de desarrollo ecológico local y aplicación de buenas prácticas ambientales internas y externas. La Cooperativa 29 de Octubre en 2024 informó del reciclaje de 1598.94 kg de papel y 128.73 kg de plástico, junto con el ahorro de agua y electricidad. Visandes en 2022 apoyó la concienciación ambiental a través de capacitación e iniciativas locales.

 

Este enfoque estructurado, reflejado en los ejemplos de la Cooperativa 29 de Octubre y CoopMego, demuestra que el marco del Balance Social en Ecuador va más allá del simple bienestar social. Abarca una visión integral de la sostenibilidad, alineándose con el "triple resultado" (personas, planeta, beneficio). Esto indica un entorno regulatorio y de presentación de informes maduro que impulsa a las cooperativas a considerar su impacto total, no solo sus rendimientos financieros.

 

Análisis del Desempeño del Balance Social en Cooperativas Ecuatorianas (2024 y Datos Recientes)

 

El análisis del desempeño del Balance Social en las cooperativas ecuatorianas en 2024 y años recientes revela un panorama dinámico, con avances significativos en varias áreas y desafíos persistentes en otras.

 

Casos de Estudio y Ejemplos Prácticos

 

Para ilustrar el desempeño, se examinan casos de estudio de cooperativas que han publicado sus informes de Balance Social:

 

  • Cooperativa 29 de Octubre (Balance Social 2024):

 

  • Adhesión Libre y Voluntaria (Principio 1):Mantuvo un 81.45% de socios activos a nivel nacional. La distribución de género fue del 40.38% mujeres frente al 59.62% hombres, con un sesgo de 19.24 puntos porcentuales hacia los hombres, que la cooperativa busca abordar con programas de inclusión financiera para mujeres. El 35.29% de sus oficinas son accesibles.

 

  • Control Democrático (Principio 2):Destacó por una alta representación femenina en los consejos de administración y vigilancia (75% mujeres). La asistencia a las asambleas fue muy alta, con un 99.67% de miembros o representantes de grupos priorizados.

 

  • Participación Económica (Principio 3):El 27.62% de la financiación provino de los miembros, lo que indica un fuerte compromiso. El capital social por miembro fue de $218.48.

 

  • Autonomía e Independencia (Principio 4):Demostró un sobrecumplimiento del 130% de las actividades planificadas, impulsado por solicitudes adicionales de los consejos y la gerencia. Se registraron 45,406 socios realizando transacciones por canales digitales, aunque solo el 13% (3,278) de estos eran socios rurales.

 

  • Educación, Capacitación e Información (Principio 5):Capacitó al 83.99% de sus colaboradores y a 3,410 personas en educación financiera. La cooperativa propone un enfoque integral para fortalecer la economía popular y solidaria a través de diversos programas de capacitación.

 

  • Cooperación e Integración (Principio 6):El 60.87% de sus inversiones totales se destinaron a entidades del SFPS, lo que se considera un indicador positivo de participación sectorial. La cooperativa recibió reconocimientos por su responsabilidad social.

 

  • Compromiso con la Comunidad (Principio 7):Realizó voluntariado ambiental y esfuerzos de reciclaje (1598.94 kg de papel, 128.73 kg de plástico), reportó ahorros de agua y electricidad, y llevó a cabo iniciativas de reforestación. La gestión de quejas y reclamos fue eficiente, con un 95.89% de los 210 recibidos gestionados.

 

  • Desempeño General:Obtuvo una puntuación final de 4.23, con un cumplimiento por principio que osciló entre el 73.6% (Participación Económica) y el 91.7% (Educación, Capacitación e Información).

 

  • CoopMego (Informe de Balance Social 2023):
  • Evaluó 153 indicadores en los siete principios cooperativos, comparando los resultados con la línea base de 2022.

 

  • Principio 1 (Adhesión):Los socios activos aumentaron un 2.71%. Más del 50% de los socios eran mujeres. Los socios rurales aumentaron un 0.36%. Las agencias accesibles aumentaron un 18%.

 

  • Principio 2 (Control Democrático):La asistencia a las asambleas disminuyó un 10% en comparación con 2022.

 

  • Principio 3 (Participación Económica):El crédito a mujeres disminuyó ligeramente (-0.32%). El crédito otorgado por valores inferiores al Salario Básico Unificado (SBU) disminuyó (-0.51%). El monto del microcrédito aumentó ($1657).

 

  • La metodología utilizó un parámetro de medición de cuatro niveles (Cumple, Alerta, No cumple, No Aplica) y proporcionó recomendaciones para los indicadores en "Alerta" y "No cumple".

 

  • Crediamigo (Balance Social 2022):

 

  • Presentó un informe detallado estructurado en torno a los principios de la ACI, la LOEPS y el "Buen Vivir".

 

  • Destacó un crecimiento constante en las afiliaciones (Principio 1).

 

  • Observó una baja participación femenina en roles de liderazgo, recomendando incentivos para aumentarla (Principio 2).

 

  • Mostró indicadores financieros y económicos óptimos que aseguraban la independencia institucional (Principio 4).

 

  • Demostró un fuerte compromiso con la educación, capacitación y transparencia (Principio 5).

 

  • Participó activamente en organismos de integración cooperativa (Principio 6).

 

  • Reconoció la necesidad de aumentar las acciones de ayuda a la comunidad (Principio 7).

 

  • Visandes (Balance Social 2022):
  • Se presentó como una cooperativa sólida, incluyente e innovadora con 12 años de trayectoria.

 

  • Demostró un enfoque en la inclusión de género, con un 46.4% de mujeres con créditos activos.

 

  • Apoyó la concienciación medioambiental a través de capacitación e iniciativas locales.
  • Enfatizó la buena gobernanza y la participación activa en los procesos de toma de decisiones.

 

Resultados Destacados por Principio Cooperativo

El análisis detallado por principio revela un panorama matizado del desempeño de las cooperativas:

 

  • Adhesión Libre y Voluntaria:Existe una tendencia general de aumento de socios activos y esfuerzos hacia la inclusión (género, ruralidad, acceso para personas con discapacidad). Sin embargo, el sesgo de género en la membresía general (como se observa en la Cooperativa 29 de Octubre 2024) aún persiste, lo que indica que se necesita un trabajo continuo a pesar de los programas específicos.

 

  • Control Democrático:Las altas tasas de asistencia a las asambleas (Cooperativa 29 de Octubre 2024) sugieren un fuerte compromiso de los miembros, pero la disminución observada en CoopMego 2023 indica variabilidad en el sector. La representación femenina en el liderazgo es un área de enfoque, con resultados mixtos (alta en los consejos de la 29 de Octubre 2024, baja en Crediamigo 2022), lo que resalta la necesidad de una promoción continua.

 

  • Participación Económica:Las cooperativas muestran esfuerzos en el fortalecimiento del capital social y el aumento del microcrédito. Sin embargo, persisten desafíos en la distribución equitativa del crédito (por ejemplo, una ligera disminución en el crédito a mujeres y en montos bajos en CoopMego 2023), lo que indica la necesidad de productos financieros más específicos.

 

  • Autonomía e Independencia:Generalmente se reportan sólidos indicadores financieros, lo que asegura la independencia institucional. El sobrecumplimiento de las actividades planificadas (Cooperativa 29 de Octubre 2024) sugiere un enfoque proactivo, más que meramente reactivo, hacia la responsabilidad social en algunas cooperativas.

 

  • Educación, Capacitación e Información:Esta es un área consistentemente fuerte, con un alto desempeño en la capacitación de colaboradores y socios, especialmente en educación financiera (Cooperativa 29 de Octubre 2024). Esto demuestra un claro compromiso con el empoderamiento de los miembros y la difusión del conocimiento.

 

  • Cooperación entre Cooperativas:Las inversiones significativas en otras entidades del SFPS y la participación activa en organismos de integración demuestran un fuerte compromiso con el fortalecimiento del sector cooperativo en su conjunto (Cooperativa 29 de Octubre 2024).

 

  • Compromiso con la Comunidad:Las iniciativas ambientales activas (reciclaje, reforestación) y las altas tasas de gestión de quejas demuestran un compromiso comunitario directo y medible. Algunas cooperativas (Crediamigo 2022) identifican la necesidad de aumentar las acciones de ayuda, lo que sugiere un margen de crecimiento en el apoyo directo a la comunidad.

 

El informe detallado por principio revela una situación compleja: si bien las cooperativas generalmente sobresalen en áreas como la educación y la intercooperación, persisten desafíos en el logro de la plena equidad de género en el acceso al crédito y el liderazgo, así como en la participación constante de los miembros en los procesos democráticos. Esto subraya que la "responsabilidad social" es un camino continuo con áreas específicas que requieren mejoras dirigidas. Al analizar los indicadores de desempeño específicos para cada principio en múltiples cooperativas, emerge un patrón. Es evidente un fuerte desempeño en educación (Principio 5) y cooperación (Principio 6). Sin embargo, aparecen desafíos constantes en la equidad de género (Principios 1 y 2, como el sesgo de género de la 29 de Octubre, la baja participación femenina en el liderazgo de Crediamigo y la ligera disminución del crédito a mujeres en CoopMego) y la participación democrática (la disminución de la asistencia a las asambleas de CoopMego). Esto indica que, aunque el marco es exhaustivo, la implementación práctica enfrenta obstáculos específicos, lo que sugiere que la responsabilidad social no es un logro estático, sino un proceso dinámico que requiere un esfuerzo y una adaptación continuos

 

  1. Impacto del Balance Social en el Desarrollo Sostenible

 

La implementación sistemática del balance social permite a las cooperativas evidenciar su contribución directa e indirecta a los pilares del desarrollo sostenible: económico, social y ambiental.

 

5.1. Beneficios Tangibles e Intangibles de la Implementación del Balance Social

 

La aplicación del balance social ofrece una serie de beneficios tangibles e intangibles para las cooperativas y sus grupos de interés. Permite a las cooperativas medir y demostrar de manera fehaciente su compromiso con la responsabilidad social. Esta capacidad de medición y demostración contribuye significativamente a fortalecer la reputación y la confianza tanto entre sus socios como en la comunidad en general. Al exhibir un compromiso tangible y elevado con la responsabilidad social en su entorno operativo, las cooperativas logran diferenciarse de otras instituciones financieras, atrayendo a más socios que comparten sus valores y objetivos sociales.

 

El balance social proporciona información valiosa que orienta la generación de políticas y prácticas internas. Es esencial para identificar áreas de mejora y asegurar que las cooperativas cumplan con su misión de promover el desarrollo económico y social sostenible. Al mantener identificadas las áreas de mejora, las cooperativas pueden implementar cambios que optimicen su desempeño social y ambiental, logrando una mayor alineación con sus objetivos cooperativos y mejorando su sostenibilidad y resiliencia a largo plazo. Además, facilita los procesos de toma de decisiones y mejora la gestión interna. Es una herramienta que facilita la competitividad y sirve como un instrumento comunicacional para informar sobre el desempeño social.

 

La implementación del balance social, particularmente a través de auditorías sociales, genera un fortalecimiento directo de la reputación y la confianza. Este proceso crea un ciclo de retroalimentación positivo: un desempeño social transparente y medible aumenta la confianza de los grupos de interés, lo que a su vez puede atraer a más socios y recursos. Esto contribuye a la viabilidad a largo plazo de la cooperativa y a la expansión de su impacto social. Este mecanismo demuestra que la responsabilidad social no es simplemente un costo, sino una inversión que produce beneficios tangibles para la sostenibilidad de la cooperativa.

 

5.2. Contribución a la Inclusión Social y Financiera

 

Las cooperativas, a través de la implementación del balance social, demuestran un compromiso activo con la inclusión social y financiera. Enfocan sus productos y servicios para promover la inclusión de la población vulnerable, con la finalidad de mejorar su situación socioeconómica y la de su localidad. Esto incluye asegurar el acceso a productos y servicios para personas con discapacidad (Crediamigo 2023 reportó más del 50% de sus oficinas accesibles para personas con discapacidad ), socios que residen en áreas rurales (Crediamigo 2023 tenía un 26.21% de socios en zonas rurales, superando su meta del 15% ), y personas de bajos ingresos.

 

La provisión de microcréditos y el apoyo a desembolsos de Crédito de Desarrollo Humano (CDH) y pagos del Bono de Desarrollo Humano (BDH) son ejemplos concretos de cómo las cooperativas abordan la pobreza y la desigualdad. La promoción del ahorro para menores de edad, sin monto mínimo mensual y con acreditación de intereses, busca incentivar la seguridad económica desde temprana edad.

 

En el ámbito de la equidad de género, las cooperativas muestran un compromiso notable. Por ejemplo, CoopMego en 2022 reportó un 45% de colocación de créditos a mujeres , mientras que Crediamigo en 2023 destinó el 39.01% del saldo total de su cartera a socias mujeres, superando su meta del 35%. Estos datos reflejan un esfuerzo tangible por empoderar económicamente a las mujeres.

 

El Balance Social actúa como un potente motor interno y externo para que las cooperativas persigan activamente la inclusión financiera y social como un objetivo fundamental de su negocio, no solo como una iniciativa de responsabilidad social corporativa. Al medir estos aspectos específicos, incentiva a las cooperativas a llegar a poblaciones desatendidas, contribuyendo directamente a la reducción de la pobreza y a un desarrollo más equitativo.

 

5.3. Alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

 

La responsabilidad social cooperativa se alinea intrínsecamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Los objetivos de la responsabilidad social, tal como se describen en los documentos de referencia, reflejan directamente varias metas de la Agenda 2030. Por ejemplo, el compromiso de "poner fin a la pobreza y el hambre y garantizar un ambiente sano digno y en equidad" se relaciona con los ODS 1 (Fin de la Pobreza) y 2 (Hambre Cero). La misión de "proteger el planeta de la degradación" se vincula con los ODS 13 (Acción por el Clima), 14 (Vida Submarina) y 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres).

 

Asimismo, el objetivo de "asegurar que todos puedan disfrutar de una vida próspera y que todo progreso económico, social y tecnológico se dé en armonía con la naturaleza" se relaciona con los ODS 8 (Trabajo Decente y Crecimiento Económico), 9 (Industria, Innovación e Infraestructura) y 10 (Reducción de las Desigualdades). El fomento de "sociedades pacíficas, justas e incluyentes libres de miedo y violencia" se corresponde con el ODS 16 (Paz, Justicia e Instituciones Sólidas). Finalmente, la movilización de alianzas globales para el desarrollo centradas en las necesidades de los más vulnerables se alinea con el ODS 17 (Alianzas para lograr los Objetivos).

 

El balance social, al medir estos impactos multifacéticos, se convierte en un mecanismo para que las cooperativas demuestren su contribución directa y tangible a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La amplia gama de indicadores sociales que se miden (como el acceso rural, la inclusión de personas con discapacidad, la equidad de género y las prácticas ambientales) posiciona al balance social en Ecuador como un marco efectivo para la localización e implementación de diversos ODS a nivel de las cooperativas.

 

La aplicación sistemática del balance social posiciona a las cooperativas ecuatorianas no solo como entidades financieras, sino como actores clave y modelos para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible a nivel nacional e internacional. Su estructura inherente y el impacto social medido proporcionan un modelo práctico y centrado en la comunidad para un crecimiento económico sostenible que prioriza a las personas y al planeta junto con el beneficio, ofreciendo lecciones valiosas para otros sectores y para las estrategias de desarrollo nacional.

 

  1. Desafíos y Limitaciones en la Elaboración del Balance Social

 

A pesar de sus beneficios, la implementación del balance social en las cooperativas ecuatorianas enfrenta varios desafíos que requieren atención para optimizar su efectividad.

 

6.1. Obstáculos en la Recopilación de Datos y Recursos

 

El proceso de implementación del balance social puede ser intensivo en recursos, lo que exige una inversión considerable en herramientas, capacitación y sistemas para recopilar y reportar datos socioambientales. Esta demanda de recursos puede, en ocasiones, desviar fondos financieros y humanos de las operaciones principales de las cooperativas. Además, las cooperativas a menudo enfrentan dificultades para obtener información precisa y confiable, especialmente en áreas rurales donde la infraestructura tecnológica es limitada. Esta dificultad puede resultar en informes incompletos o inexactos que no reflejan fielmente el impacto social de la organización.

 

La significativa inversión de recursos que implica la implementación del balance social (en herramientas, capacitación y sistemas de datos) constituye una barrera, particularmente para las cooperativas más pequeñas o aquellas ubicadas en zonas rurales con infraestructura limitada. Esto sugiere que, sin mecanismos de apoyo adecuados o metodologías simplificadas, el mandato regulatorio podría, de manera involuntaria, desfavorecer a las entidades que más necesitan el balance social para visibilizar su impacto.

 

6.2. Tensiones entre Objetivos Financieros y Sociales

 

Un desafío fundamental para las cooperativas radica en la tensión inherente entre sus objetivos financieros y sociales. Algunos críticos argumentan que un enfoque excesivo en la aplicación de los principios cooperativos internacionales y la sostenibilidad ambiental podría distraer a las organizaciones de su objetivo principal de maximizar los beneficios para sus socios. Al concentrar sus esfuerzos en aspectos sociales y ambientales, existe la preocupación de que las cooperativas puedan descuidar su capacidad para competir eficazmente en el mercado. El énfasis en el Balance Social puede, por tanto, generar fricciones entre los objetivos financieros y sociales de la cooperativa.

 

Esta tensión es un desafío intrínseco al modelo cooperativo, no solo al balance social. Si bien el balance social busca integrar estos objetivos, las realidades prácticas de la competencia de mercado y la necesidad de sostenibilidad financiera pueden generar conflictos internos. Esto requiere una navegación estratégica cuidadosa y un liderazgo firme que esté comprometido con el doble propósito de la cooperativa. El reto no es elegir entre lo social y lo financiero, sino integrar ambos de manera que el impacto social contribuya a la viabilidad económica a largo plazo.

 

6.3. Falta de Capacitación y Espíritu Asociativo

Históricamente, el cooperativismo en Ecuador ha enfrentado obstáculos estructurales como la "escasa disponibilidad de fondos", la "ausencia de liderazgo y capacidad gerencial", y la "falta de una adecuada educación y capacitación". Estas limitaciones pueden llevar a una "degeneración empresarial", alejando a las cooperativas de los valores sociales que las inspiran. La incorporación de profesionales que no están ideológicamente vinculados a la economía solidaria también ha sido un factor que ha contribuido a esta desviación.

 

Además, estudios indican que el Balance Social Cooperativo es un tema aún "poco difundido" en Ecuador. A pesar de que el 62% de las COACs conoce el significado de la Responsabilidad Social Cooperativa (RSCoop), solo el 31% ha capacitado a su talento humano con miras a mejorar la gestión social, y apenas el 19% ha realizado acciones muy focalizadas en áreas como el medio ambiente, el gobierno cooperativo, el ámbito laboral o la comunidad. Esta brecha en el conocimiento y la capacitación, junto con la falta de un espíritu asociativo arraigado, señala una deficiencia sistémica en la capacidad del sector. Esto implica que, incluso con un marco regulatorio sólido, el potencial transformador del balance social podría verse limitado por una comprensión insuficiente y una capacidad interna deficiente dentro del movimiento cooperativo.

 

  1. Actores Clave y Perspectivas Futuras

 

El fortalecimiento del balance social en Ecuador depende de la colaboración continua entre reguladores, instituciones académicas, y las propias organizaciones cooperativas.

 

7.1. Rol de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS) y otras instituciones

 

La Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS) es el principal ente regulador y de apoyo del Sistema Financiero Cooperativo Ecuatoriano. Ha sido la fuerza impulsora detrás de la creación e implementación del Modelo de Balance Social , emitiendo la Norma de Balance Social en junio de 2023 y la Resolución No. JPRF-F-2022-048 en diciembre de 2022. Sus responsabilidades incluyen la supervisión y la garantía de que las cooperativas operen bajo principios de transparencia, estabilidad y responsabilidad social. La SEPS también promueve la educación y la formación continua en aspectos relacionados con el balance social y ha publicado un Manual Técnico del Formulario de Balance Social en 2024.

 

Además de la SEPS, otras instituciones y organizaciones desempeñan un papel crucial:

 

  • La Confederación Alemana de Cooperativas (DGRV)ha desarrollado una metodología de Balance Social Cooperativo ampliamente utilizada en Ecuador, basada en estándares internacionales adaptados a las realidades locales.

 

  • Cooperativas de las Américas (ACI Américas)promueve la co-construcción de informes de Balance Social Cooperativo bajo su propia metodología y participa en iniciativas para fortalecer la Economía Social en América Latina y el Caribe.

 

  • Las organizaciones de la sociedad civily las propias cooperativas colaboran a nivel global para compartir conocimientos y recursos, fortaleciendo el movimiento cooperativo internacional.

 

  • El World Cooperative Monitor (WCM), creado en 2012 por la Alianza Cooperativa Internacional y el Instituto Europeo de Investigación sobre Empresas Cooperativas y Sociales, genera información y análisis sobre el papel de las organizaciones cooperativas a nivel mundial.

 

La presencia de múltiples actores involucrados en la regulación, promoción e investigación del balance social (como la SEPS, DGRV, ACI y universidades) señala un ecosistema en desarrollo en torno a la responsabilidad social cooperativa en Ecuador. No obstante, el desafío de que el concepto sea "poco difundido" sugiere que se necesita una mayor coordinación y esfuerzos de difusión dentro de este ecosistema para lograr un impacto generalizado y efectivo.

 

7.2. Investigación Académica y su Aporte

 

La investigación académica contribuye de manera significativa al desarrollo y la comprensión del balance social. Universidades como la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (ESPOCH) y el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) realizan estudios sobre la gestión social y los balances sociales en las COACs. Estas investigaciones analizan la importancia de metodologías como las de la SEPS y la ACI , y buscan determinar si se desarrollan y miden buenas prácticas de gestión social más allá de los indicadores financieros. El trabajo académico es fundamental para identificar el nivel de conocimiento y cumplimiento de la Responsabilidad Social en las cooperativas y para proponer mejoras metodológicas y de aplicación.

 

7.3. Recomendaciones para Fortalecer la Implementación y el Impacto del Balance Social

 

Para maximizar el potencial del balance social como motor de desarrollo sostenible en Ecuador, se proponen las siguientes recomendaciones:

 

  • Capacitación y Sensibilización Intensificada:Es crucial abordar la limitada difusión del Balance Social Cooperativo y la falta de capacitación adecuada. Se deben intensificar los programas de educación y sensibilización dirigidos a socios, directivos y empleados sobre la importancia y la metodología del balance social. Esto fomentará una cultura organizacional de responsabilidad social, transparencia y participación democrática.

 

  • Estandarización y Simplificación de Procesos:Es fundamental continuar y fortalecer los esfuerzos de la SEPS para estandarizar las métricas y simplificar los procesos de recopilación de datos, especialmente para las cooperativas más pequeñas y aquellas en zonas rurales. Esto reducirá la carga de recursos y mejorará la precisión de los informes.

 

  • Integración Estratégica de Objetivos:Se debe promover una integración más profunda del balance social en la planificación estratégica y la toma de decisiones. Es necesario demostrar cómo las inversiones en impacto social pueden generar valor económico a largo plazo y fortalecer la competitividad de la cooperativa.

 

  • Promoción de Mejores Prácticas:La difusión de casos de éxito y mejores prácticas en la elaboración e implementación del balance social es esencial. Esto incentivará el aprendizaje mutuo y la mejora continua en todo el sector cooperativo.

 

  • Alianzas y Cooperación Reforzadas:Fomentar una cooperación más sólida entre cooperativas y con otras entidades de la economía popular y solidaria, así como con organismos internacionales, permitirá compartir conocimientos, recursos y fortalecer el movimiento cooperativo en su conjunto. Abordar los desafíos de la intensidad de recursos y la calidad de los datos no puede recaer únicamente en las cooperativas individuales. Un enfoque colectivo, facilitado por organismos reguladores (SEPS) y organizaciones de integración (ACI Américas), a través de plataformas compartidas, herramientas estandarizadas y programas de capacitación colaborativos, es esencial. Esta cooperación puede aprovechar las economías de escala y la experiencia compartida para hacer que la implementación del balance social sea más eficiente y efectiva en todo el sector.

 

  • Innovación en Productos y Servicios:Incentivar el desarrollo de productos y servicios financieros innovadores que respondan a las necesidades específicas de los grupos vulnerables y promuevan la inclusión financiera es crucial.

 

  • Evolución Regulatoria Continua:La mención explícita del Manual Técnico del Formulario de Balance Social de la SEPS y la adaptación continua de metodologías indican un proceso de aprendizaje institucional y refinamiento del balance social. Esto sugiere un entorno regulatorio dinámico que responde a la retroalimentación de la implementación y busca la mejora continua en la medición del impacto cooperativo. Este dinamismo es crucial para la relevancia y eficacia a largo plazo del balance social como herramienta de desarrollo sostenible.

 

  1. Conclusiones

 

El análisis del balance social de las cooperativas en Ecuador revela una herramienta de gestión fundamental que ha evolucionado desde prácticas ancestrales de solidaridad hasta un marco normativo formalizado por la SEPS. Este instrumento permite a las cooperativas medir y visibilizar su compromiso inherente con los principios cooperativos y su impacto en el desarrollo sostenible, abarcando dimensiones económicas, sociales y ambientales. La evolución y creciente sofisticación del balance social reflejan un compromiso más profundo con los principios fundacionales de las cooperativas y un reconocimiento cada vez mayor de su contribución sistémica al desarrollo nacional.

A pesar de los desafíos en la recopilación de datos, la asignación de recursos y la gestión de la doble línea de resultado, el balance social ha demostrado ser un catalizador para la inclusión financiera y social, fortaleciendo la confianza de los socios y alineando las operaciones cooperativas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Su implementación sistemática no solo mejora la rendición de cuentas y la transparencia, sino que también impulsa la mejora continua y la adaptación estratégica de las cooperativas a las necesidades de sus comunidades.

 

Para el futuro, es imperativo que los actores clave – reguladores, cooperativas, academia y organizaciones de integración – continúen colaborando para superar las limitaciones actuales. Esto incluye intensificar la capacitación, simplificar los procesos de reporte, integrar el balance social más profundamente en la estrategia empresarial y promover alianzas que fortalezcan el movimiento cooperativo. El balance social no es solo un requisito, sino una oportunidad estratégica para que las cooperativas ecuatorianas refuercen su identidad única y consoliden su papel como motores esenciales de un desarrollo más equitativo, inclusivo y sostenible en el país. Al proporcionar datos transparentes y estandarizados sobre su impacto social y ambiental, las cooperativas pueden fortalecer su legitimidad y establecer un diálogo más efectivo con el Estado y la sociedad. Estos datos pueden informar las políticas públicas, justificar marcos regulatorios o incentivos específicos para el sector cooperativo, y reforzar su identidad distintiva como contribuyentes clave al desarrollo nacional, trascendiendo la mera supervisión financiera para convertirse en socios estratégicos para el bien social.

 

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Realizado por:

Lissette Carranza

Socia de Auditoría y Consultoría

HLB Ecuador


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